Cuándo acudir al fisioterapeuta especializado en suelo pélvico
¿Tienes pérdidas de orina y te preguntas qué te está pasando? No estás sola. La incontinencia urinaria es una alteración común que afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque es más habitual en ellas, llegando a afectar a una de cada tres mujeres en algún momento de su vida.
¿Qué es la incontinencia urinaria y por qué sucede?
La incontinencia urinaria se define como la pérdida involuntaria de orina. Puede manifestarse de diferentes formas y con distintos grados de intensidad, dependiendo de la causa y del tipo de alteración que presente el suelo pélvico. No todas las pérdidas de orina tienen los mismos síntomas ni requieren el mismo tratamiento. A continuación, explicamos los tipos más frecuentes.
1. Incontinencia urinaria de esfuerzo
Este tipo de incontinencia aparece cuando los músculos encargados de mantener la vejiga cerrada se debilitan. Se produce una pérdida de orina ante actividades cotidianas que aumentan la presión abdominal, como toser, reír, estornudar o levantar peso.
El esfuerzo físico genera un aumento de presión en el abdomen y en la vejiga, pero esta no se transmite de forma adecuada a la uretra, provocando la salida involuntaria de orina. Este tipo de problema es especialmente común tras el embarazo o el parto, por lo que conviene una recuperación adecuada del suelo pélvico en el postparto.
2. Incontinencia urinaria de urgencia
Se caracteriza por una necesidad imperiosa y repentina de orinar, que a menudo provoca pérdidas antes de llegar al baño. Esta sensación de urgencia se debe a una contracción involuntaria del músculo detrusor vesical, encargado de vaciar la vejiga. Puede estar relacionada con alteraciones neurológicas, estrés o hábitos urinarios inadecuados.
3. Incontinencia urinaria mixta
En este caso, la persona presenta síntomas tanto de la incontinencia de esfuerzo como de la incontinencia de urgencia. Es decir, hay pérdidas asociadas al esfuerzo físico y también a la urgencia por orinar. Es un cuadro frecuente en mujeres de mediana edad o durante la menopausia.
También existen otros tipos menos frecuentes, como la incontinencia por rebosamiento o la de origen neurológico, en las que se requiere una valoración médica más específica.
Diagnóstico de la incontinencia urinaria
Realizar un buen diagnóstico es fundamental para aplicar el tratamiento adecuado. Es importante identificar qué tipo de incontinencia presenta la persona y cuáles son los factores que la provocan. En este proceso, la colaboración entre el ginecólogo y el fisioterapeuta especializado en suelo pélvico es clave.
El fisioterapeuta puede valorar la función del suelo pélvico, detectar debilidades musculares o hipertonías, y diseñar un plan de tratamiento personalizado. En muchos casos, la fisioterapia especializada ayuda a recuperar el control y la fuerza del suelo pélvico sin necesidad de cirugía ni medicación.
Si eres consciente de que padeces pérdidas de orina, no lo ignores. Muchas mujeres sufren en silencio, pero es fundamental normalizar esta situación y buscar ayuda profesional. El tratamiento adecuado puede prevenir complicaciones futuras y mejorar significativamente la calidad de vida.
¿Cuándo acudir al fisioterapeuta para valorar el suelo pélvico?
Tras el parto, tanto si fue por vía vaginal como por cesárea.
Durante la menopausia, cuando suelen aparecer problemas de incontinencia o cambios en la función sexual.
Si practicas deportes de impacto o ejercicios hiperpresivos (correr, saltar, crossfit, tenis, etc.).
En caso de incontinencia de esfuerzo o de urgencia.
Si sufres estreñimiento crónico, ya que puede debilitar el suelo pélvico.
Ante molestias durante las relaciones sexuales (dolor, menor sensibilidad o anorgasmia).
Si notas una sensación de peso vaginal o presión pélvica.
Cuando tienes dolor lumbar o pélvico, ya que puede estar relacionado con una disfunción abdomino-pélvica.
Tratamiento y prevención
El abordaje de la incontinencia urinaria combina la educación postural, la gimnasia hipopresiva, la reeducación funcional del suelo pélvico y cambios en los hábitos cotidianos. Un tratamiento personalizado permite mejorar la fuerza muscular, la coordinación y el control vesical.
Normalizar la conversación sobre este tema es esencial. Hablar abiertamente de la incontinencia y consultar con profesionales especializados es el primer paso para mejorar el bienestar y recuperar la confianza.
¡Normalicemos la situación y cuidemos nuestra salud íntima!
Mª Angels Broto / Nº Colegiada 6131